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miércoles, 1 de febrero de 2012

Si muero sin conocerte,no muero,porque no he vivido.

Hola, me llamo Sofía y os contaré una historia, aquella historia que quizás marco mi vida, y que continua marcando.Fue en verano, como todos los veranos de ya hacía tiempo, mis amigas y yo nos dispondríamos a pasar parte del verano en Málaga. Una vez allí, nosotras, iríamos a la playa a ponernos morenas, iríamos de compras, saldríamos de fiesta y dormiríamos hasta bastante tarde todo sin control Paterno.Vamos, lo que unas adolescentes de 17 años desean. Pasaban los días, para nada eran aburridos, estábamos bastantes entretenidas, aprovechábamos al completo los días. Cierta tarde en la playa, mientras mis amigas estaban dándose un baño, yo estaba leyendo “Tengo ganas de ti” en la toalla, a las 5:30 de la tarde. Cuando estaba llegando al capítulo 8 del libro, un balón de playa rozo mis  piernas, miré al frente, pero los rayos del sol me dificultaba la visión, con lo cual coloqué mi mano en la frente para facilitarla, y allí, una sombra alta, morena, con ojos verdes en los cuales podría decir que me perdí por milésimas de segundo, me pidió disculpas por el supuesto balonazo que me habían “dado”, tras unos segundos en silencio –quizás no respondía antes porque estaba “empanada” es un término vulgar, pero es como estaba en esos instantes- al final, respondí, le dije que no pasaba nada con una gran sonrisa en mi cara, el sonrió y me pregunto como me llamaba, -Sofía; le dije.¿Y tú?.. Carlos, se llamaba Carlos. ¿Cómo cinco letras podían deletrear tanta perfección? Pasaban los días, y todos los días, a las 5:30, en el mismo lugar me encontraba con el, siempre acabábamos hablando, incluso llego a pedirme mi número de teléfono para llamarme por las noches, y así hacia. Cierto día, a las 5:30 en lugar de siempre me lo encontré, y como rutina empezamos a hablar. Una de las conversaciones fue que a la noche tenía una fiesta en la playa con sus amigos, que si quería ir con mis amigas..Como no, yo acepté.-He reconfesaros que desde hacía ya varías semanas, sentía algo por Carlos; sólo tenía ganas de que llegaran las 5:30 del día siguiente para poder verlo, en le mismo lugar- Se lo comenté a mis amigas, y ellas accedieron a acompañarme por el simple echo de que ellas sabían lo que me pasaba con Carlos. Llegué a casa corriendo, esperé mi turno para la ducha, me arreglé del a mejor manera posible con un vestido blanco de palabra de honor, unas sandalias y unas hondas en el pelo, cenamos, y mis amigas y yo fuimos a la playa. Allí me encontré con el, nos saludamos con dos besos en la mejilla. Todo iba perfecto, la fiesta no era nada aburrida, incluso llegué a conocer a personas muy simpáticas. Pero, de un momento a otro las cosas cambiaron, vi a Carlos besándose con una chica. No sé como fue mi reacción, bueno si lo sé, eche a correr como una cobarde. Me senté en un tronco que había al otro lado de la playa, de un momento a otro mis ojos se empezaron a empañar y poco después mi cara estaba empapada de lágrimas. En varias ocasiones, mis amigas me intentaron animar, pero prefería estar sola, si, es lo único que necesitaba. En un momento de la noche, en aquella soledad que me abrazaba, en aquel tronco bajo aquella luna blanca y oyendo la música de la fiesta, volví a acercarse la sombra morena, era él, era Carlos. Se sentó a mi lado, me agarró por la barbilla.-¿Qué pretendía que le mirará a la cara?-Pues lo llevaba claro- Aún así, lo hice, mi corazón venció al orgullo y le miré. Me dijo que qué me ocurría..Cómo tonta y de nuevo perdida en aquellos ojos, accedí a contárselo, no me lo podía creer, le estaba contando lo que estaba sintiendo de hacía ya unas cuantas semanas. Podría deciros palabra por palabra lo que le dije, pero mejor resumo. Cuando acabé de contárselo, se callo mirando al frente, y yo me calle, sólo oía la música de la fiesta. Entonces, note una leve caricia en mi mano, -no me lo podía creer, me estaba agarrando la mano- Le miré, y sonrió. Me dijo que el también lo sentía, que tenía miedo a que lo rechazara, por eso le vi besando a otra chica, pero que ese no era la cuestión, que ahora sólo quería estar conmigo, solamente conmigo, y me besó. Me besó bajo aquella luna blanca, sólo oí el sonido de nuestros dientes al chocarse por una milésima de segundo, deje de sentir la música, para empezar a notar sus manos. Sonriendo, me dijo que me quería, y yo por supuesto le dije que yo a el también Desde entonces, desde aquella noche, pasamos de ser dos a ser uno. A formar una historia perfecta. Llevamos un año y medio, y espero seguir sumando días con el. Incluso el otro al llegar a casa del instituto me estaba esperando en la puerta, me confesó que había dejado Málaga, para vivir cerca de lo que más quería.


(Me gustaría que me dierais vuestra opinión ya que es para un concurso de cuento escolar, y necesitaría vuestra opinión para sabe si cambiar o no de cuento; espero que lo hagáis, muchísimas gracias)

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